La galerna de la noche del 12 al 13 de agosto de 1912, en la que se ahogaron 143 marineros vizcaínos que pescaban atunes a 50 millas de la costa, es junto con la galerna del Sábado Santo de 1878 (144 fallecidos) el mayor accidente laboral registrado de la historia de Euskal Herria.
116 de aquellos arrantzales desaparecidos procedían del puerto de Bermeo. Solo quiero recordar al más joven, el txo Eugenio Santiago Acerecho (14 años) y al más anciano, Alejo de Hormaechea y Landa (63 años).
Aquella noche trágica se fueron a pique 14 grandes chalupas de vela bermeanas: la Melitona, la Victoria, la Buenaventura, la San Antonio, la Jesus Nazareno, la Santa Agueda, la Nuestra Señora de Lourdes, la Joven Lázara, la San Pedro, la Beato Berriochoa, la Campania, la San Antonio II, la Bienvenida y la Vizcaya. Lo mejor de la flota atunera del mejor puerto atunero del Cantábrico.
Estas lanchas, y algunas otras embarcaciones tradicionales, son las que aparecen en la primera foto del Portuzarra de Bermeo tomada poco tiempo antes de la galerna.https://www.facebook.com/alberto.santana.77128
La segunda foto de Portuzarra es de 1929 y en ella casi todo ha cambiado por completo, excepto las siluetas de la isla de Izaro, el cabo de Ogoño y el muro viejo de cierre del puerto medieval (que aparece desbordado por las olas en la imagen de 1910). A consecuencia de la galerna toda la orgullosa flota tradicional de "txalupak" de propulsión a vela fue eliminada y sustituida en poco más de una década por "baporak" de propulsión mecánica, que no estaban a merced del viento, dotados de grandes calderas de vapor alimentadas con carbón mineral. Las técnicas avanzadas de navegación a vela, en las que Bermeo se había especializado durante ocho siglos de historia, se extinguieron en una sola generación. Fue el triunfo de la navegación a motor en la pesca vasca.
La segunda consecuencia es mucho más visible y no necesita ilustración, pero suele pasar más desapercibida. Con la difusión unánime de las calderas de vapor resultó imprescindible contratar a un fogonero-mecánico encargado de su mantenimiento para cada embarcación. Este era un trabajador industrial asalariado y vestía con el uniforme habitual de los obreros industriales de principios del siglo XX: pantalón y camisa de algodón recio teñido de azul oscuro, confeccionado en la Algodonera San Antonio y en los talleres textiles de Lasagabaster de Bergara. Muy pronto, desde 1925, todos los arrantzales empezaron a imitar el traje barato, pero sufrido y resistente, de los fogoneros, de color denominado azul marino, azul Bergara o de Mahon, renunciando a sus prendas tradicionales. Fue la invención del "traje de arrantzale de toda la vida", que también contó con versiones de falda y pañuelo adaptadas para las mujeres.
La tercera consecuencia duradera de la galerna de 1912 se recoge por primera vez en esta breve nota de prensa redactada en los días inmediatos a la tragedia. Son las instrucciones al Ministro de Fomento Rafael Gasset Chinchilla para que "estudie la manera de que a la mayor brevedad se lleve a cabo el proyecto de reforma del puerto de Bermeo y construcción de un ROMPEOLAS en el mismo". Las obras de construcción del rompeolas bermeano se desarrollaron en fases sucesivas entre 1913 y 1930, y en su última etapa contaron con la colaboración de una potente grúa fabricada por la casa J. Le Blanc de Paris que fue colocando los grandes bloques cúbicos de hasta 80 Tm. de peso necesarios para proteger el acceso al puerto. La foto de la grúa, sorprendida al amanecer de una noche lluviosa de 1987, es de Santi Yaniz para "Arqueología Industrial en Bizkaia"
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